lunes, 21 de enero de 2008

Todo o nada, esa es España

(Aviso, este es uno de esos posts en los que me apetece escribir algo y me dejo llevar. Así que si no quieres leer el bodrio, no sigas!)
Todo o nada; blanco o negro; héroe o villano; idolatrado u odiado.
Cumpliendo con los tópicos que nos tachan de apasionados, el español medio es incapaz de quedarse en el punto medio.
Sólo en nuestro país, barrido por guerras civiles, se puede ver tal situación. Al mínimo éxito se ensalza, a veces pareciera que sólo por el placer de ver caer desde lo más alto posteriormente, cómo no, al primer fallo.
De quién es la culpa? De todos. De nadie.
Siendo ventajista, la prensa, siempre partidista, tiene gran parte de culpa, como formadora de opinión. Eso sería ser ventajista porque ya éramos así antes que cualquiera de los actuales medios existiera.
Siendo demagogo, de la educación, por no fomentar el pensamiento crítico, el por qué como pregunta básica en vez de impertinente.
Siendo un rojo - quema iglesias, de la tradición católica, por fomentar el calla y obedece, siendo siempre otros intereses los que dan las órdenes.
Siendo un besa santos, de los grupos que fomentan el ir contra Dios, única cosa que podría mantenernos unidos.
Siendo un ácrata, de los políticos que nos han tocado en la historia, medradores, ignorantes, canallas, que han jugado con el destino del pueblo convirtiendo la política en una lucha personal donde lo que menos importa es el gobernado, masa amorfa, que en el mejor de los casos sólo piensa un "virgencita, que me quede como estoy!".
Todos culpan a todos. Todos ven la paja en el ojo ajeno, la viga en el propio es demasiado obvia. Así hemos llegado a donde estamos. A esta España mía, esta España nuestra. Un país donde los nacionalistas llaman fachas a cualquiera que les enseñe cuan erróneos son sus argumentos, sin importar que sean o no fachas. Un país donde dependiendo si eres Gobierno u Oposición, todo va bien o todo va mal, siendo imposible la cooperación. Un país donde la prensa barre para casa, atendiendo a ideologías y fanatismos, elogiando todo de los amigos, desprestigiando todo de los enemigos.
Por todo ello, no quiero ser influenciado. No quiero que digan que el Madrid es una apisonadora o que sólo tiene suerte. No me vale que se diga que la economía va mal por culpa de las actuaciones del Gobierno (es una crisis global, normal y temporal) ni que me vendan la moto de qué bien fue la economía (como en lo anterior, el ciclo global de crecimiento más largo y estable de Occidente). No me vale que no haya ni un sólo periódico objetivo ni que las críticas sean silenciadas. No me vale que los políticos sean borregos, falsos y manipuladores (si por mi fuera, los puestos de ministro y presidente serían conseguidos a través de una oposición, examen público, extremadamente exigente, con el parlamento elegido democráticamente para control del Gobierno profesional.) con una capacidad de auto - olvido que borda con el "mementismo" más absoluto.
Todo o nada; blanco o negro. Quiero gris. Todos los tonos del gris...

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