martes, 13 de enero de 2009

Hamburguesa de gambas: Yes, we can!

No hay ideas estúpidas. Puden ser malas o buenas, pero nunca estúpidas. Sin embargo sí las hay que son poco convencionales, revolucionarias o extrañas, muchas veces por su formulación.

Así, siempre empezarían con "y si...", "por qué no...", "has pensado alguna vez..." dejando entrever un momento de lucidez (o enajenación) de la persona que tiene la ocurrencia.

Así, servidor de ustedes, tuvo, sin saber todavía bien qué le llevo a ello, la idea de tumbar el oligopolio de las hamburguesas y la comida rápida con un avance sin precedentes desde el Long Chicken: la hamburguesa de gambas.

No, no hablo de un sandwich de huevo con mayonesa y gambas. Hablo de carne de gamba picada y amasada, condimentada y hecha a la plancha, acompañada de su pan con semillas de sésamo, su lechuga, tomate y cebolla, su queso y sus salsas al gusto. Una obra de arte culinaria, en ese momento sólo conceptual.

Una idea así no se mantiene quieta en la cabeza. Escapa rápidamente, con suerte por la boca, con menos suerte por el culo (hay quien dice que es la manera de conseguir que te fiche la COPE). Ya que la radio no me va, lo dije a pleno pulmón: "voy a hacer una hamburguesa de gambas".

Tuve la fortuna de no estar sólo, y tranquilidad de espíritu de no estarlo, ya que pensar en una hamburguesa de gambas o decírselo a alguien por separado está bien, pero pensarlo y decirlo en voz alta estando sólo, me da que raya la esquizofrenia. Esa persona, ante tamaña propuesta, sólo pudo contestar "sí, sí, pero yo sóla no la como", modernizando el viejo refrán a algo más moderno (qué es si no modernizar): O nos indigestamos todos, o la puta al río.

Así pues, compré los ingredientes necesarios. Piqué las gambas, las mezcle con el huevo, el pan rallado, la pizca de sal, la pimienta, el perejil, el diente de ajo y el pimenton. Las amasé. Las puse a la plancha. Hice una presentación estilo Whopper (ex-deformación profesional, supongo) y se las serví a las víctimas cobayas personas que se ofrecieron voluntariamente tras firmar un documento en el que me eximían de toda responsabilidad.

El resultado se podría dividir en las cosas buenas y las cosas no tan buenas. Por un lado, aquí seguimos, no? Por otro, la hamburguesa no sabía mal y llenaba bastante. Además estoy seguro de que el contenido era bajo en calorías.

Lo no tan bueno sería que tampoco es que tuviera un sabor a gambas fuerte. Lo achaco a que eran las gambas congeladas más baratas, pero tampoco era plan de comprar gambones frescos, no? También destacar que después de comer la hamburguesa estás empachado de gambas por una temporadita. Que los que la probaron dejen su opinión, para compensar. A los más atrevidos les digo que me queda alguna en el congelador.

Desde aquí os animo a probar esas ideas "interesantes" que se os vengan a la cabeza. Nunca se sabe donde puede estar la gran idea que os saque de la pobreza. Lo peor que os puede pasar es que os veais envueltos en trámites burocráticos con los juzgados, pero bueno, es es el "worst case scenario".

Ahora, tras escribir el post, he visto en google (inglés, español) que MI hamburguesa ya existía. Ésto sólo prueba que el genio (?) aparece en todas partes de manera espontánea (??).

2 comentarios:

Pol Gustems dijo...

No me gustan las gambas, jaja. De lo contrario quizás lo probaría y todo. Estoy intentando recordar alguna innovación culinaria que haya hecho y no me acuerdo de ninguna. Quizás porque no las haya hecho, en fin.. tendré que ponerme las pilas. Feliz año!

Anónimo dijo...

¡Hola!
La primera vez que comí una hamburguesa de gambas fue en Marne, cerca de Hamburgo. La hamburguesa estába hecha con gambitas del Mar del Norte y las servían con pan negro. ¡Deliciosa!. Esto fue a finales de Agosto de 1988. Desde entonces yo también hago en casa hamburguesas de gambas, pero debo reconocer que no son como las de Marne... Será que no las hago con aquellas gambitas del Mar del Norte, que no las condimento igual... no lo sé, pero desde luego mis hamburguesas no tienen nada que ver con aquellas...
Un saludo