viernes, 23 de enero de 2009

Skam, vergüenza en danés.

Remontémonos al año 2005. Mundial de balonmano en Tunez. Un buen número de las selecciones potentes se encuentran en plena reestructuración. Sólo Francia, Croacia y España presentan el núcleo de anteriores citas. El seleccionador, Pastor, basa el juego en una defensa 5-1 agresiva, para buscar las contras, y un ataque estático basado en el juego con el pivote (Uríos) y los huecos que éste pudiera crear. Se ganó en semi finales a Tunez y en la final nos enfrentamos a una Croacia que había sufrido lo indecible para vencer a Francia en la otra semifinal. Partidazo de España y primer campeonato de entidad para España.


Vayamos ahora a las Olimpiadas del año pasado. Un buen número de los jugadores ya habían dado lo mejor de sí mismos. Después de una primera fase "a la italiana" se consigue la clasificación para los cruces. Los cruces, más que benevolentes, permitieron que España llegara a las semis, en las que una derrota con Islandia nos llevó a la lucha por el bronce. En el único partido decente del equipo, logran derrotar a Croacia y conseguir la medalla.

Los "vicios" de ese equipo estaban localizados en la pérdida de mordiente defensivo y en el pésimo ataque en estático. Además, la falta de un lateral derecho natural, esto es, zurdo, unido a la ausencia de Uríos, hacen el ataque lento y previsible.


Curiosamente (o no tan curiosamente), exactamente los mismos defectos que se han visto durante este torneo. Aquí es donde entran las responsabilidades de cada uno, jugadores, entrenador y federación.

Los jugadores han carecido de orgullo. Después de la victoria contra Alemania, meritoria por otro lado, se creyeron favoritos. La falta de un líder es también evidente. No hay un jugador que se eche el equipo a la espalda. Eso no quiere decir jugarse todos los balones, algo muy propio de Romero, sino saber qué hacer en cada momento. Los veteranos no han demostrado experiencia y los jóvenes se han visto sobrepasados por las circunstancias.

El entrenador no ha sabido escoger bien a los jugadores. Cuentan las malas lenguas que se centró en sus representados. No lo sé. Lo que sí sé, es que faltaban centrales de garantías, jugadores rocosos en defensa y sobraban unos cuantos jugadores en muy mala forma. Pero si el entrenador es además seleccionador y escoge, no hay excusa. Él sabía - o debería haber sabido - cómo quería jugar y por tanto los jugadores que llevó eran "los mejores". Pero el equipo no ha jugado a nada. Absolutamente a nada. Decía en el anterior post que faltaba espíritu y que Rivera estaba acostumbrado a tener un equipazo, no un buen equipo. Hoy, mantengo mi opinión, avalado por los hechos.

La federación ha vivido recientemente elecciones. Después de las Olimpiadas se estaba sin entrenador y los dos contendientes, una vez presentadas las candidaturas, no fueron capaces de sentarse y elegir un entrenador que se hiciera cargo del equipo hasta después del Mundial. El entrenador fue elegido por el ahora presidente Juan de Dios Román hará un mes escaso.

Si se mezclan estos ingredientes, tenemos lo que tenemos, una vergüenza. Sobre todo para aquellos que nos gusta el balonmano. Lo positivo, por destacar algo, es que es difícil caer más bajo (esperemos no llevarnos más sorpresas negativas) y que esta situación puede servir de cara al futuro.

Lo peor es aguantar a los daneses ahora...

No hay comentarios: